Scheherezade y Shahriar (1880), de Ferdinand Keller

 

Un pajarito me dijo que algunas Hormigas disfrutaron la entrada con el cuento de Alí Babá y los cuarenta ladrones, incluyendo la música de Rimsky Korsakoff* que la acompañó. No aguanto dos pedidas, así que esto es un bis. (En un concierto o en un espectáculo teatral, pieza o fragmento, a veces repetición de algo interpretado antes, que se ofrece fuera de programa para responder a los aplausos o a la petición del público. Diccionario de la Lengua Española). Por los mismos ejecutantes, la Orquesta del Concertgebouw Real de Ámsterdam**gebouw: edificio, construcción—y Kiril Kondrashin con la batuta, acá está el último movimiento de la suite (Festival en Bagdad. El Mar. El barco encalla contra un acantilado coronado por el Jinete de Bronce – Allegro molto — Vivo — Allegro non troppo maestoso).

 

 

Buen provecho. LEA

………

* Nikolái Andréyevich Rimski-Kórsakov (…)​ fue un compositor, director de orquesta y pedagogo ruso miembro del grupo de compositores conocido como Los Cinco.​ Considerado un maestro de la orquestación, sus obras orquestales más conocidas—el Capricho español***, la Obertura de la gran Pascua rusa y la suite sinfónica Scheherezade—son valoradas entre las principales del repertorio de música clásica, así como las suites y fragmentos de alguna de sus quince óperas. Scheherezade es un ejemplo de su empleo frecuente de los cuentos de hadas y temas populares. (Wikipedia en Español)

El Concertgebouw Real de Ámsterdam

** Es tenida desde hace años como la mejor orquesta del mundo.  (“Otra herencia recibida de Rafael, otro de sus dogmas, es el aprecio insuperado por la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam; con él aprendí a apreciar su precisión interpretativa, sedosa y opulenta—adjetivo favorito de Rafael—, bastante antes de que la revista británica Grammophone la ubicara en 2008 como la mejor orquesta del mundo”. Nuestro insólito Rafael Sylva).

*** Cuando Rimsky ensayaba la Orquesta de San Petersburgo para la première de su Capricho, los músicos le aplaudían calurosamente al cabo de cada una de sus secciones, en reconocimiento a la hermosura y fuerza de sus temas y la excelencia de la orquestación. (Tchaikovsky lo declaró “colosal obra maestra de la instrumentación”). Rimsky, conmovido, solicitó permiso de la orquesta para dedicarle la pieza—no sólo colectivamente—, lo que hizo al publicar la partitura con los nombres impresos de todos y cada uno de los ejecutantes.  La tesis de la elegancia

____________________________