Virginia Woolf (1882-1941)

 

Traductores y editores reflexionan sobre la vigencia de la obra de la escritora británica, tras nuevas ediciones de ensayos, novelas y cuentos. Su mirada de la sociedad, el feminismo y la literatura, entre otros temas

 

Por Emilia Racciatti

3 de Febrero de 2021

 

La audacia de Virginia Woolf (1882-1941) para hablar de su tiempo histórico y generar una voz disruptiva en el campo cultural, a través de ensayos, novelas o cuentos es reactualizada en el último tiempo con nuevas ediciones de su obra y algunos de los responsables de esas traducciones y publicaciones reflexionaron sobre las huellas del universo de la autora en las formas de producir cultura vigentes.

Una nueva edición de Tres guineas, el ensayo que escribió como respuesta a la pregunta de un abogado acerca cómo evitar la guerra, y por otro lado, sus cuentos y relatos reunidos en un único libro, bajo el título Cuentos completos, son el aporte de Ediciones Godot a esta cadena de nuevos trabajos sobre la autora inglesa de la que en marzo se cumplen 80 años de su muerte.

Laura García, la responsable de traducir Tres guineas, aseguró que “más allá de la labor de investigación -es un libro cargado de datos, estadísticas y referencias muy específicas de la sociedad británica de esos años-, lo más desafiante fue hacer sentir el tono de Virginia Woolf, su voz, que en este trabajo es muy particular”.

“A diferencia de Un cuarto propio (un libro hermano en muchos sentidos), donde hay tiempo de pensar, imaginar y explorar posibilidades, Tres guineas está escrito con mucha urgencia, mucha rabia y con una gran amargura ante la visión del porvenir. Es un libro lleno de emoción y rigurosidad a la vez, donde la verdad no pasa por la impostura de una voz objetiva y serena, sino que atraviesa el cuerpo y estremece todos los cimientos”, advirtió.

La investigadora y traductora argentina radicada en Edimburgo Carolina Orloff, fundadora del sello Charco Press que busca difundir la literatura latinoamericana, indicó que el trabajo de traducción de los Cuentos Completos fue “un viaje enriquecedor al máximo y también un reencuentro con el castellano”.

Para la editora, en estos cuentos “se destaca no solo la audacia sino también la inteligencia que tenía desde muy joven”, ya que en esta colección hay escritos de ella a los 20 años.

“Es alguien que se lanzó a la escritura con convicción desde una edad muy temprana. Desde los 18, 19 estaba escribiendo para su círculo, que era en sí acomodado en términos socioeconómicos, con un acceso al arte y a la cultura muy cercano, muy cotidiano. A esa edad ya era miembro de un movimiento por el derecho de las mujeres. Todo eso se mete en la Virginia que se pone a escribir entre dos guerras mundiales”, repasó Orloff.

La tarea de traducción de Cuentos Completos también estuvo a cargo de Micaela Ortelli, quien dice haber impreso los papeles y los llevó “durante mucho tiempo de un lado a otro”.

“Se me hizo largo porque todo era largo: las oraciones, las ideas, los razonamientos, las descripciones. Hasta los cuentos cortos eran largos”, afirmó.

Otra de las publicaciones recientes que permite acercarse al mundo de Virginia Woolf es Leer y reseñar, un libro que llega a las librerías por trabajo de edición y traducción de Eric Schierloh, responsable del sello Barba de Abejas, que la define como “una escritora de vanguardia que además fue editora artesanal en la Hogarth Press. Este trabajo (concretamente, la edición, la composición tipográfica y la impresión en una minerva a palanca y luego en otra a pedal) le permitió formarse una conciencia especial respecto de las condiciones materiales de la escritura, la lectura y la publicación de libros”.

Schierloh adelantó que acaba de traducir y publicará este año Sobre la artesanía, mientras que el año que viene hará lo mismo “con los fragmentos de sus diarios que giran en torno a la edición y la impresión artesanales”.

¿Dónde reside la vigencia de la autora de La señora Dalloway? Para el escritor y editor, “tiene que ver con la consciencia respecto de las condiciones materiales (de ahí el cuarto propio), además claro de su evidente interés en lo emancipatorio (el feminismo, la edición respecto del sistema industrial de publicación, la escritura respecto de la literatura o la novelería clásica, etc). La modernidad de su prosa se condice con ciertas búsquedas también ‘modernas’ y recurrentes a lo largo de sus ensayos”.

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Correspondencia Ocampo-Woolf

 

A través de la editorial Rara Avis, se difunde Victoria Ocampo – Virginia Woolf. Correspondencia, un trabajo editado y prologado por Manuela Barral, traducido por Virginia Higa Juan Javier Negri, en el que se puede leer el intercambio entre las dos escritoras luego de conocerse en 1934 en Londres en una muestra del fotógrafo Man Ray.

Barral llegó a esta correspondencia porque su investigación doctoral es sobre Victoria Ocampo y señaló que un aspecto que le llamó la atención, “aunque va más allá de su carácter de escritoras, es ver a Victoria y Virginia como agentes culturales, su punto de vista editorial”.

Por ejemplo, “en este intercambio es posible rastrear la decisión de publicar ‘Un cuarto propio’ en español: Virginia le sugiere a Victoria que empiece la traducción de sus obras por ahí”, resaltó.

Encontrarse con estas cartas revisadas y traducidas por Victoria “mucho tiempo después de que Woolf las hubiera recibido” modificó en Barral su forma de leer a la gestora de Sur.

En el prólogo se explaya sobre ese aspecto y consigna que esas tachaduras y correcciones posteriores la hicieron pensar que “Victoria usa las cartas como un espacio híbrido para desplegar desde la intimidad una figura pública” y al organizar la compilación decidió incorporar los manuscritos, precisamente, “para mostrar la rareza de las cartas duplicadas. También fue por el fetiche del original, claro; pero sobre todo porque permitía cotejar diferencias en los facsímiles y exhibir cómo Victoria se lee a sí misma, se traduce y se edita. Está constantemente construyendo su imagen autoral”.

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Virginia y Victoria

 

La investigadora sostuvo que Virginia Woolf se transformó en un punto de referencia para Victoria Ocampo y apuntó que “Correspondencia muestra el desarrollo de esa relación” y cómo la autora de Orlando: una biografía le habló “en estas cartas sobre la escasez de autobiografías escritas por mujeres. En algún sentido ese es el puntapié para que Ocampo escriba la suya. Y -subraya- hay más: Victoria también es una apasionada lectora y crítica literaria de Woolf, por eso me parecía importante reeditar su ensayo Virginia Woolf en su diario y mostrar también este punto de vista”.

“La propia Ocampo se ocupa de establecer esa idea vincular en sus Testimonios, en su Autobiografía y en Virginia Woolf en su diario, donde busca asociarse a Virginia como amiga y admiradora. La trayectoria intelectual de Victoria está atravesada por Virginia: el primer volumen de sus Testimonios de 1935 empieza con la Carta a Virginia Woolf y en 1977, en su discurso de aceptación a la Academia Argentina de Letras, una Victoria octogenaria también vuelve a ella. Es un vínculo apasionante que ha recibido -y seguirá recibiendo- lecturas y opiniones”, repasó Barral.

Al momento de resaltar la vigencia de Woolf, no dudó en destacar “la originalidad de ciertas tramas, por ejemplo en ‘Orlando’; en su modernidad narrativa, cuando despliega la técnica del fluir de la conciencia a la par que Joyce; en su afilada capacidad de denuncia y de sutil ironía”.

“A la luz de las reediciones actuales es posible dimensionar cuán pionera fue Victoria Ocampo. Es ella la primera que decide traducir al español a Virginia Woolf hacia 1935 a través de su editorial Sur. Para exhibir esto la Correspondencia incluye un listado con las traducciones de Woolf, para contextualizar la importancia del aporte de Ocampo al difundirla”, enfatizó.

Su vigencia para pensar los desafíos de los feminismos

Releída por los movimientos feministas, por obras disruptivas como el emblemático libro Un cuarto propio, los escritos de Woolf ofrecen una vigencia lúcida para pensar el rol de las mujeres y plantear nuevas preguntas sobre los desafíos de los movimientos, como coinciden sus tres traductoras, Laura GarcíaCarolina Orloff y Micaela Ortelli, que trabajaron en las compilaciones y reediciones publicadas recientemente de la autora británica.

García, traductora de Tres guineas, resalta en este ensayo de Woolf “no solo la audacia”, sino también su “clarividencia”, ya que lo publica “un año antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, en un momento que ella advierte como bisagra. Recordemos que la Primera Guerra implicó para la mayoría de las mujeres el ingreso al mundo del trabajo, porque tuvieron que reemplazar a los hombres que marcharon a las trincheras”, sostiene.

La también impulsora de la librería y club cultural Hidalgo explica que “Woolf advierte las implicancias de este ingreso de las mujeres en el trabajo y luego en las universidades de los hombres, y no celebra para nada. Les dice a las mujeres que es el momento de hacer un mundo distinto al que habían construido los hombres: ¿vamos a ir a las universidades y vamos a hacer los trabajos que construyeron el saber y sentaron las bases materiales de un mundo que usa a las personas como carne de cañón? ¿Vamos a contribuir a la desigualdad y a la violencia?”.

“La propuesta de Virginia Woolf es urgente, audaz y totalmente radical. Les dice a las mujeres que produzcan su propio conocimiento, su propio mundo, porque esa es la única manera de que podamos salvarnos a todos y todas. Ella se dio cuenta de que era un momento muy especial, en el que las mujeres podían desempeñar ese papel porque todavía estaban afuera, pero con las puertas abiertas para ingresar: para Woolf esa exclusión, en ese precioso momento de apertura, puede tomarse como ventaja para no repetir los mismos errores. Es decir, no se trata de una propuesta esencialista (las mujeres por ser mujeres pueden ser un sujeto revolucionario), sino completamente situada y contextualizada”, explica la traductora.

Orloff considera que en la obra de la escritora, crítica y editora “se destaca una inteligencia formidable, extraordinaria, de una joven mujer con mucha visión no solo en términos de creación de universos sino de tono, de romper con la norma. En ese sentido hay libertad y una perspectiva crítica suprema, absolutamente propia y sin temor de expresarlo”.

En ese sentido considera que su vigencia radica en que “es alguien que sigue tendiendo un impacto muy fuerte, un caudal de resignificaciones desde muchos ángulos, no solo desde el feminismo, también desde el humanismo, en términos psicoanalíticos, lo que logra antes de que se publicara el Ulises de Joyce”.

“Hay varias facetas que muestran la figura singular de ella como escritora pero también como intelectual y como mujer en un circulo de artistas y de gente involucrada en el mundo artístico y en la industria editorial”, subraya y enfatiza: “Fue clave para que se reformularan visiones sobre las mujeres escritoras en términos de los derechos de una mujer de ser madre o no. Hay muchos aspectos ahí que son el germen de un feminismo que la tomó como foco en el Reino Unido en los 70 y hoy sigue siendo un modelo”.

Una de las traductoras de la edición de Godot de Cuentos completos la define como “alguien que corrió los límites, los dio vuelta y los puso sobre la mesa desde otro lado” por eso resalta que “es importante que se la entienda desde un corpus, que se lea su crítica, lo que ella leía. Es una mente extraordinaria que cambió la historia del rol de las escritoras mujeres en el modernismo pero a partir del modernismo”.

Para Ortelli, “mientras el mundo sea mundo y cada vez más feminista, siempre va a seguir siendo releída y reeditada” y señala que “hace quince años era más una lectura de facultad; ahora es un súper regalo un libro de Virginia. Nunca va a dejar de ser educativa, a distintos niveles: leyéndola aprendés sobre historia, psicología, vínculos, escritura”.

Fuente: Télam

Tomado de Cultura infobae

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Nota de este blog: a la muerte de Victoria Ocampo en enero de 1979 de una dolorosa enfermedad, Jorge Luis Borges asentó: “En un país y en una época en que las mujeres eran genéricas, ella tuvo el valor de ser un individuo. Estoy agradecido personalmente por todo lo que hizo por mí, pero sobre todo, estoy agradecido como argentino por todo lo que hizo por la Argentina”.

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