Hormiguitas: les voy a contar un hecho que me sucedió en el viaje. Una noche, resulta que me despierto hacia las 3 a. m. y oigo un ruido—Tac, Tac, Tac—, como unos golpecitos en la pared. Se oía muy claro aunque no fuerte. Tac, Tac, Tac, pausa, y otra vez: Tac, Tac, Tac, pausa y Tac, Tac, Tac.

Termino de despertarme por la curiosidad, tratando de averiguar de dónde venía el Tac, Tac, Tac.

Como a veces escucho ruidos que sólo están en mi cabeza—no es tinnitus, que sí lo tengo, sino efecto de mis remedios—, me tapo los oídos para ver si está dentro de mí y nada. El Tac, Tac, Tac está en el cuarto. Y es entonces cuando empiezo a preocuparme. ¿Qué será?

Mi cuarto ha sido adaptado para personas con discapacidad, y ahí me viene la conjetura. ¿Será que una persona viejita se murió en este cuarto y me quiere decir algo?

A todas éstas, Francisco duerme a mi lado y no lo puedo despertar a decirle que un ánima está dando golpecitos: Tac, Tac, Tac.

Decido rezar para tranquilizar al ánima y a mí. Pero al terminar sigue el Tac, Tac, Tac. Si no se fue con los rezos…  Entonces decido prender la luz y… resultó que había descolgado el teléfono con la almohada y ése era el ruido, alertando. Rápidamente lo colgué y no más Tac, Tac, Tac. ¡Menos mal!

Carolina Ponte de Baquero

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