
Del libro que leímos
La casa de Graciela, en la Alta Florida, se ha convertido en constante guarida del Hormiguero. Allá nos fuimos, las hormigas que pudimos, a reunirnos por primera vez en este año 2023. Celebramos vernos después de tantos días, y celebramos también los cincuenta y cinco años de casada de nuestra querida Margarita con tres botellas de prosecco y una cantidad de comida como para dos hormigueros.
Costó comenzar la parte seria del programa—teníamos mucho tiempo sin vernos y mucho que conversar—; después de una hora logramos centrarnos en el libro. Fue un texto duro de leer y de comentar el de esta novela, casi ensayo filosófico y psicológico, de José Saramago, nacido en Azinhaga, Portugal, el 16 de noviembre de 1922 y fallecido de leucemia el 18 de junio de 2010, en Tías, España, donde está enterrado al pie de un olivo traído de su pueblo natal.
“Probablemente, leer es también una forma de estar ahí”.
El hombre duplicado fue publicado en 2002, después de que el autor se convirtiera en el único portugués en ganar el Premio Nobel de Literatura, en 1998. En el libro encontramos toda la magia literaria de Saramago, quien logra interesar al lector y sumergirlo en la mente de un personaje aburrido, deprimido, antisocial y obsesionado por su identidad. De pronto, el narrador le habla directamente al lector y después vuelve a la historia; utiliza párrafos eternos sin puntos aparte y, a veces, ni siquiera punto y seguido en una historia inverosímil que nos va llenando de angustia y que, a la vez, sentimos que no avanza. Los diálogos, separados sólo por comas y a pesar de eso comprensibles, son profundos y también disparatados, muchos de ellos del personaje central con su propio yo, con su “sentido común” a quien, en realidad, no le hace mucho caso.
“Al contrario de lo que piensa el sentido común, las cosas de la voluntad nunca son simples, lo que es simple es la indecisión, la incertidumbre, la irresolución”.
Sus personajes femeninos son inteligentes, bondadosos, interesantes y hasta en uno de los casos, el de la madre, cruciales, pero son personajes secundarios poco definidos, como borrosos. Deja entrever un machismo soterrado.
“…porque en cálculos que afectan a grandes números, como es el caso presente, la tendencia a no contar las mujeres es irresistible”.
En medio de una verborrea que confunde hay frases brillantes—“las emergencias aproximan”—e ideas geniales como lo de enseñar la historia al revés, pero no pudo Tertuliano, que así se llama el personaje principal y profesor de Historia, aplicar esa técnica de las fechas en los videos que cambiaron su vida. Ese personaje puede apreciar con su manía persecutoria, hablando con cualquiera, subgestos detrás de los gestos y subtonos bajo el tono de la voz que dan mensajes contradictorios. Él es de los que piensa que “es imposible no tener enemigos, que los enemigos no nacen de nuestra voluntad de tenerlos y sí del irresistible deseo que tienen ellos de tenernos a nosotros”. Era un ser tan raro que le puso Tomarctus a su perro, “…el nombre de un cánido que se dice que vivió hace quince millones de años y que, según certifican los paleontólogos, es el fósil Adán de estos animales de cuatro patas”.
Las psicólogas del grupo lo consideraron casi un tratado de la enfermedad mental y disfrutaron identificando síntomas en Tertuliano: deprimido, carente de inteligencia emocional y con una vida sin significado, hasta que encuentra un motivo de vida que se convierte en obsesión, cuando descubre que tiene un doble idéntico. Tertuliano no soporta la igualdad del otro; lo peor es que su doble también es un mediocre y, para terminarlo de hundir, concluye que el doble es él. Una de las psicólogas llegó a pensar, al principio de la lectura, que terminaría convirtiéndose en una historia de Dr. Jekyll and Mr. Hyde. Pero no, el genio de Saramago, con su imaginación y su sátira encubierta, nos regala un tratado sobre la importancia de la individualidad del ser humano y la relación con los otros, de los modos de introspección y cómo pueden no concordar con la acción, de cómo piensa y como sufre un esquizofrénico con personalidad múltiple que no se nos desenmascara sino al final.
“Es una pena que las duchas que tomamos por fuera no nos puedan duchar por dentro.”
Es en el final del libro, que por experiencia sabemos lo más difícil, donde se aclara todas las dudas que se nos han ido creando desde el principio, como en un thriller, y donde, otra vez, la genialidad de Saramago concreta el milagro. Es un final esclarecedor, divertido y redondito, como decimos aquí. Sus infinitas artes literarias son superadas por el tino de su trama, el humor y la claridad con que fotografía los recovecos del alma humana.
“El caos es un orden por descifrar.”
Aunque muchas hormigas estuvieron, varias veces, a punto de dejar la lectura porque se sintieron abrumadas, agotadas de leer sin puntuación normal, fastidiadas del personaje y hasta incrédulas de la factibilidad del tema, la novela El hombre duplicado fue calificada con siete puntos (7 pts.) sobre diez. Sabemos que hay una buena película basada en el texto, pero solo una hormiga la ha podido ver completa y no estaba en la reunión.
“El que no se amaña no se apaña”.
Eso sí, pedimos leer algo más liviano el mes próximo. Hubo dos propuestas: Los abismos de Pilar Quintana y Personas decentes de Leonardo Padura, que fue el libro seleccionado.
Como siempre que nos reunimos, fue una tarde perfecta con las queridas amigas comentando la lectura del mes y devorando, como buenas hormigas voraces, tanto libros inolvidables como fabulosas meriendas.
NS
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Nacha: ¡¡felicitaciones!! ¡¡Resume con claridad un libro complicado!!
Nachita, como siempre ¡magistral! ¡Que don tan fabuloso! Además batiste récord de entrega de la minuta! ¡Mil gracias por compartir con nosotras tus habilidades literarias!
Nacha: como siempre excelente; leerte es casi como leer el libro, disfrutarlo y comentarlo con el grupo… aunque muy complejo.
El de Padura recién lo empecé👍 ¡¡Cariños!!