Fue un almuerzo en casa de Rose nuestra última reunión del año 2019. A pesar de lo complicado de la fecha, fuimos doce las Hormigas que participamos más nuestra querida Nury, que cada día está más cercana.
Como siempre, nos deleitamos con el obsequio: esta vez unos bollitos de hayaca, un tartar de atún recién salido del mar y un dip de berenjena abrieron el apetito para el manicote, que como siempre estaba delicioso, y los postres que deslumbraron. Eso, además de la dicha de reunirnos en esos días de Navidad, cuando hasta el aire que se respira parece más ligero y festivo, la convirtieron en una reunión especial. Aún más, el libro que discutiríamos era Aura, de Carlos Fuentes, que nos había sumergido en un mundo de ensueños.
Habíamos cambiado a Vargas Llosa, que parecía largo y complicado para las fechas festivas, por ese cuento largo o novela corta del mejicano nacido panameño, publicada en 1962. Era ésa la época en que las estrictas prohibiciones de Francisco Franco en España empujaban el renacer de un sutil destape en América Latina, que propiciaba la revolución sexual y la apertura que se notó en muchos ámbitos, como en la literatura; época del despertar del realismo mágico que atrae las miradas del mundo hacia los escritores latinoamericanos. Sin embargo, cuando Aura fue publicada, la pacata crítica mejicana se mostró dura e implacable con Fuentes, pero no tardó en darse cuenta de que esa evolución de la literatura no podría ser detenida y entonces alabó la obra.
Las Hormigas quedamos impactadas por la profundidad del texto y atrapadas en el laberinto de símbolos hermosamente descritos por el autor. Lo que más impresiona es su narrador, que cuenta la historia utilizando la segunda persona del singular en tiempo presente. Esto hace que, a veces, parezca un testigo omnisciente y, otras, convierte al mismo lector en partícipe de la trama, utilizando todos nuestros sentidos para involucrarnos. La sensación de oscuridad perenne, el olor a moho combinado con el de las hierbas que crecen en el patio, el sonido de la campana que llama siempre a la misma hora a comer el mismo menú repetido hasta el hartazgo, el tacto de los vestidos que se quiebran como obleas y el perenne sentido del tiempo que aparece trastocado y escapa a la convención que de él tenemos los humanos. Todo se repite incansablemente; da la sensación de girar sobre el mismo tiempo. ¿O es tal vez que el personaje está hipnotizado o drogado, lo que estrecha su voluntad y no le permite ver ni enfrentarse a la realidad?
Es un libro en el que hay que buscar no lo que está sino lo que no está. Hay momentos en los que el lector se siente burlado pero no puede abandonar la lectura; necesita descubrir si lo que sucede es santería, brujería o que al final todo era un sueño. Trata de buscar significados: el Cristo negro, el sacrificio del macho cabrío, la masacre de los gatos, pero lo hace dudar la repetición de los rituales o el eterno verde esperanza de los trajes. El lector, atrapado en el mismo laberinto que Felipe, no sabe si el personaje está dormido o soñando despierto, enfrentando una realidad inexplicable en la que interpreta a un ser divino al que le lavan los pies. La vida se percibe circular; transcurre entre lo real, lo intangible, lo irreal y lo onírico; en ella los vivos dan vida a los muertos y los hacen fecundos, y los muertos aman sexualmente a los vivos. Todo transcurre en un ambiente mágico con manto de misterio, detallado hasta lo barroco, en el que es idéntico el antes que el ahora, con un dejo de añoranza de la juventud perdida, del amor antiguo que se presenta en los sueños, en ese oscuro y mágico ambiente que permite que el pasado sea presente y se manifieste con toda la fuerza del amor y la pasión correspondida. Es una historia de amor sin fin donde nada es real, excepto el mismo amor que mueve la trama y une al pasado con el presente y para siempre al amante con su Aura.
La historia de Carlos Fuentes nos sumerge en un suspenso que parece desarrollarse en otra dimensión. Se le ha comparado con Alicia en el País de las Maravillas o con la obra de Edgar Alan Poe.
Aura nos embrujó; obtuvo 8,5 de puntuación. Muchas quieren volverlo a leer, después de que la discusión les mostrara facetas de las que no se habían percatado, y volver a sumergirse en el muy particular culto a los muertos que practican los mejicanos.
Su belleza y su misterio nos hechizaron y será difícil olvidarla. Será difícil olvidar también el año 2019, en el que nuestras esperanzas de libertad estuvieron montadas en un sube y baja de ansiedad. En el nacimiento de la década de los veinte también renace nuestra esperanza; está vestida de verde como Aura y se hizo joven y hermosa para recibir aquello que tenía perdido y que se parece tanto a la felicidad. NS
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* aura1 Del lat. aura, y este del gr. αὔρα aúra, der. de ἄειν áein ‘soplar’. 1. f. Viento suave y apacible. U. m. en leng. poét. 2. f. Hálito, aliento, soplo. 3. f. Favor, aplauso, aceptación general. 4. f. Parapsicol. Halo que algunos dicen percibir alrededor de determinados cuerpos y del que dan diversas interpretaciones. aura epiléptica, o aura histérica 1. f. Med. Sensación o fenómeno de orden cutáneo, psíquico, motor, etc., que anuncia o precede a una crisis de epilepsia o de alguna otra enfermedad. aura2 De or. amer. 1. f. Ave rapaz diurna americana, que se alimenta de carroña, de 70 cm de longitud y hasta 180 cm de envergadura, con cabeza de color rojizo desprovista de plumas y plumaje negro con la parte ventral de las alas de color gris plateado.
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Añadido a última hora: Carlos Fuentes nos lee un extenso fragmento de Aura.
Carlos Fuentes murió el 15 de mayo de 2012, el mismo año de la realización del video. Madrid y Ciudad de México publicaron el mismo día de su muerte su último artículo. (Viva el socialismo. Pero…) En él preguntaba: “¿Cómo responderá François Hollande a este nuevo desafío, el de una sociedad que al cabo no se reconoce en ninguna de las tribus políticas tradicionales: izquierda, centro o derecha?”
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Es una de las mejores minutas de Nacha, creo. Como me dijera una amiga hace poco, soy más de ciencia que de literatura, pero la lectura de esta relación ha causado un síndrome de abstinencia por una droga que aún no he probado. Leeré Aura, que como novela corta o cuento largo promete no exigirme demasiado.
No dejes de leerla. Sé que te va a gustar.
Nacha te has superado en esta minuta, si eso es posible, compitiendo con el texto de este maravilloso libro. Para mi es la tercera vez que lo leo y siempre termino fascinada. Tu descripción mas que de critico de literata. Que sigas creciendo, gracias.
Magistral minuta…de acuerdo con Luis Enrique!!! El libro lo escogimos porque era “cuento corto”……y fue el que motivó una de las reuniones más interesantes del grupo !!! Nacha se elevó a la altura del libro con su privilegiada manera de integrar los comentarios y resumirlos de forma brillante!!!!
Que vivan las Hormigas!!!!!
Estoy de acuerdo con Luis E. , es una de las mejores minutas ya que no es un resumen en si mismo , sino una apertura al maravilloso y temido mundo de la sombra …. ese lugar donde arrojamos aquellas cosas que no nos gustan de nosotros y donde pernoctan nuestros más temidos fantasmas
Te felicito querida prima cada día mejor , todavía pienso en el libro !! Gracias
Gracias a todas por su generosidad.